Una ciudad de muchos atractivos

La mina de sal, declarada como primera maravilla de Polonia, ya en el año 1978 quedó inscrita – como uno de los doce primeros lugares - en la primera lista de Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO. „La monumental mina de sal de Wieliczka constituye un lugar minero único en el mundo, en servicio ininterrumpido desde la Edad Media hasta el momento presente. Sus originales galerías, túneles, planos inclinados, cámaras de explotación, lagos, pozos y pequeños pozos ( ... ) ilustran todas las etapas del desarrollo de la técnica minera en las respectivas épocas históricas.” - así dice un fragmento de motivación de inscripción de la mina de sal en la lista de la UNESCO.


Muchos recuerdos de carácter monumental evocan la rica historia así como las raíces de sal de la ciudad minera.
Al siglo trece se remonta también la historia del castillo de Wieliczka, que desde el principio cumplió el papel de sede administrativa de las minas cracovianas –de las salinas (es decir, minas y salinas de Bochnia y Wieliczka), y en el que estuvo a menudo, en un período posterior, el rey Casimiro el Grande.

El plano urbanístico del centro de la ciudad conservado hasta hoy en disposición de tablero de ajedrez, proviene de los tiempos de Casimiro el Grande; igual que las fortificaciones de 29 torres, de las que hasta hoy se ha conservado una procedente del siglo XIV. Actualmente, en el terreno del castillo se encuentra el Museo de las Minas Cracovianas, que en sus colecciones tiene, entre otras, la mayor del mundo colección de saleros, tesoros de la Edad del Bronce, así como una exposición dedicada a la historia de Wieliczka.

Pegada al castillo se encuentra la Iglesia parroquial de San Clemente. La parroquia de estilo clásico procede del siglo XIX, pero se conservan también fragmentos procedentes de los siglos XII a XIV. Es digna de atención la capilla barroca de los Morsztyn del año 1693, así como el campanario separado fundado a finales del siglo XVII por el rey Juan III Sobieski.

Wieliczka es una ciudad de parques, jardines y encantadores rincones, de los que forma parte la pintoresca avenida de Juan Pablo II, que conduce a los turistas desde el pozo Daniłowicz en dirección a la plaza monumental. En la cara sur de la plaza se levanta el Palacio de los Przychocki construido a finales del siglo XVIII; en este período se erigió otro magnífico conjunto palaciego perteneciente a la familia de los Konopka – actualmente sede del Instituto de la Memoria Nacional.

Paseando por la avenida de Juan Pablo II, es difícil pasar por alto un espléndido edificio neogótico de ladrillo rojo – el popular Sztygarówka. Este edificio fue construido en el año 1898 en honor del emperador Francisco José I y con ocasión del quincuagésimo aniversario de su advenimiento al trono. Edificio representativo, proyectado por el profesor Tadeusz Dołęg-Mostowski según el modelo del Collegium Novum de la Universidad Jagüellónica, en su historia de más de cien años ha sido sede de muchas instituciones: de la Escuela Minera y Museo de la Sal, de la Casa Municipal de Cultura; actualmente el edificio está ocupado por la Jefatura de Distrito.

En el panorama arquitectónico de la ciudad se inscriben cantidad de magníficos monumentos de arte sacro; entre otros, la iglesita de alerce de San Sebastián fundada en el año 1582 por Sebastián Lubomirski como ofrenda de agradecimiento por la salvación de una epidemia de cólera. El interior de la iglesia lo decoran vidrieras únicas en su género así como una policromía realizada por Włodzimierz Tetmajer. Este monumento –al igual que las iglesitas de madera de Podstolice y Grabie se encuentra en la Ruta de la Arquitectura de Madera.

El monasterio de los padres franciscanos se destaca de manera singular por su augusta silueta en el paisaje de la ciudad. La iglesia, bajo la advocación de San Francisco de Asís, y el monasterio de los padres franciscanos reformados fue el primer templo amurallado de la provincia de los Reformados en la región de Pequeña Polonia, construida en la primera mitad del siglo XVII. En la iglesia se encuentra el Santuario de la Madre de Dios Princesa Misericordiosa de Wieliczka, así como del siervo de Dios, el hermano Alojzy Kosiba, unido durante una parte de su vida con el monasterio.

Contiguo al monasterio, en el espacio de la antigua finca medieval "Tur”, se levantó en el año 1811 Turówka; el edificio cumplió la función de salina, y en los siguientes años fue lugar de acuartelamiento de soldados, almacén, así como punto de venta y de expedición de la sal. Hoy en este restaurado complejo se encuentra el hotel de cuatro estrellas Turówka.

La ciudad de Wieliczka, acogedora tanto para turistas como para sus habitantes, puede presumir de un rico calendario cultural, en el que es posible encontrar: el Festival de Verano de Música, el Festival de Música Antigua, Conciertos de Strauss o los Conciertos Subterráneos de Año Nuevo. Forman parte de los eventos cíclicos: el Torneo Subterráneo Internacional de Danza de Parejas, SALTCUP, que se organiza anualmente, o también la carrera nacional de coches, dedicado a la memoria de los dos excelentes pilotos J. Kulig y M. Bublewicz. Tradicionalmente, a mediados de julio tiene lugar la festividad mayor de la ciudad, el día de Santa Kinga – patrona de los mineros de la sal. Septiembre de 2008 en Wieliczka estará marcado indudablemente por la carrera de la sexagésima quinta Vuelta a Polonia, carrera ciclista internacional.

Wieliczka puede enorgullecerse de la rica corriente aficionada de movimiento artístico, en cuyo marco actúan los coros "Lutania”, "Camerata”, "Ziarenko”, este último en conmemoración de Juan Pablo II; grupos regionales: "Mietniowiacy”, "Racibiorsko” así como orquestas de viento de Podstolice, Byszyce y de la Mina de Sal. Los talentos musicales de Wieliczka fueron la razón de que se creara en el año 2006 la Escuela Musical de primer nivel, que instruye a niños y jóvenes en clases de piano, violín, violonchelo, guitarra, acordeón, percusión e instrumentos de viento.

Muchas ofertas de carácter educativo y cultural se basan en las tradiciones mineras, así como en leyendas y costumbres características propias de la región de Wieliczka, como los encuentros de Pascua con "Siuda Baba”. Esta costumbre se remonta a los tiempos paganos y esta relacionada con el culto a la diosa de la primavera Leda. Antiguas danzas y cantos de los alrededores de Wieliczka, como: la danza de la manzanita, la danza del gallo chiquitín, la ceremonia de la recolección, bodas cracovianas, las cultivan los grupos folclóricos.

La excepcional Mina de Sal, la arquitectura monumental, así como los encantadores parques y avenidas hacen de Wieliczka una meta atractiva de los recorridos turísticos. Merece la pena visitar el lugar en el que historia y presente se dan la mano, creando una extraordinaria atmósfera de ciudad minera de tradiciones, que se remontan a los tiempos de los grandes reyes.

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